Entre los viejos políticos que deben encabezar la lista del antimanabitismo está Freddy Ehlers Zurita, a quién conocí por la coyuntura de la acción política en mi primera postulación a la Alcaldía de Portoviejo, aquella en que pese a la alta votación que obtuve no fue suficiente para vencer a las maquinarias electorales de todas las épocas.
Ehlers se hizo conocido como presentador de un programa de TV, en ese espacio Manabí era una tierra desconocida y entre las ocasionales menciones, fue famosa aquella que justo antes de inicial un largo feriado pronosticó un fenómeno natural precisamente frente a la costa manabita que provocó un desastroso caos vacacional y la ruina del sector turístico provincial en esa fecha.
Eso fue ayer y debemos recordarlo porque hoy Freddy Ehlers Zurita es el ministro de Turismo y las expectativas que podemos hacernos son muy pobres, quizá como máximo el infantil entusiasmo de una burócrata interiorana (¡cómo no extrañar al gran manabita Raúl Zavala Mosquera!) por un presunto masivo arribo de sus paisanos a unas cuantas playas, no las principales, por el feriado del Bicentenario.
Que hace un político y un hombre de TV como Freddy Ehlers Zurita en el gabinete del estatista Correa. Ehlers supuestamente cree que la única manera de combatir el desempleo es impulsando la inversión nacional y extranjera, dar confianza a los inversionistas, promover la participación privada en salud, proyectos hidroeléctricos y sector petrolero.
Ehlers, fue aliado de la CONAIE, multiplicó la plurinacionalidad y la idea que el campo subsidia a las ciudades. Tomó una computadora y un machete como símbolos, pero nunca convenció a oficinistas ni agricultores.
Por su parte, si el Estado realmente hubiera querido descentralizarse, el Ministerio de Turismo tendría su sede en Manta, Machala o Esmeraldas. Incluso gobiernos como el de Sixto Durán Ballén y sus ministros Pedro Zambrano Izaguirre y Carlos Vera Rodríguez, por alguna iniciativa real de descentralización, fueron arrinconados por el centralismo.
El Ministerio de Turismo, como instancia centralista nunca ha tenido como prioridad a Jaramijó, Pichincha, Junín, Rocafuerte, Paján, por nombrar algunos ejemplos.
Manabí, que cuenta con gran cantidad de profesionales especializados debe exigir políticas de Estado en turismo para nuestra provincia y el país.
El Estado ha de permitir a los manabitas trabajar y emprender, ser los directos responsables de la protección y valoración de su patrimonio natural, físico y paisajista. Es la forma más efectiva para que los ciudadanos podamos contribuir al avance científico, económico, social y territorial del país, favoreciendo la igualdad de oportunidades entre los ecuatorianos.
Manabí cuenta con reservas forestales, ríos, islas y parques maravillosos, la universidad manabita está ofreciendo profesionales para una moderna y eficiente administración, con autoridad reconocida y legitimada por capacidad e identidad.
Ya es el momento de poner fin a la contradicción que mientras en la Sierra y el Oriente se incentiva a los indígenas a la gobernabilidad dándoles cargos, recursos y autoridad, en Manabí los cargos de las principales instituciones son para los que han nacido en las alturas y están cumpliendo la misión de alejar más y más de las responsabilidades, planificación, gestión, beneficios y metas a los manabitas de hoy y del futuro, coartando los derechos y reafirmando las injusticias.
Con personajes como Freddy Ehlers Zurita, las leyes que está aprobando la Asamblea Nacional y la ausencia de políticas de Estado, Manabí estará condenada a la peor marginación, sin importar la ejecución de algunas obras y la promesa que la patria ya es de todos.
1 comentario:
Por esos laberintos que tiene esta gran red, puede leer este comentario. Gracias Carlos (Carlitos) por tu expresión hacia mi. Pero el este comentario tiene otro objetivo. Hoy 17 de diciembre de 2010 está comprobado que efectivamente escribes en tu post. No hay señales por ningún lado, y si existen deben ser reservadas, que digan que el turismo en Manabí está bien o que podemos estar tranquilos. En realidad son muy pocas personas las que saben que mismo pasa con el turismo nacional.
Hoy más que nunca, tu escrito toma vigencia.
Será un gusto agragarte entre mis blogs favoritos.
Raúl
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