“No es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia, sino su existencia social lo que determina su conciencia.” Carlos Marx
Leonardo Moreira Delgado proviene de una familia honorable y ejemplar. Desde muy joven aprendió de memoria que para poder sobrevivir, había que rezar el padre nuestro del trabajo con sangre, sudor y lágrimas. Luego los estudios. No hay duda que desde su adolescencia se vinculó a toda vertiente del saber. Siempre fue un estudioso, lo que le permitió distinguir las grandes inequidades sociales, políticas y económicas. Que bien podría definírselo como un iconoclasta por sus planteamientos de inconformidades que demostraba siendo estudiante del Colegio 5 de Junio y luego como fundador del grupo de teatro La Trinchera de Manta.
Llega a la universidad y con una amplia visión se convierte en licenciado en periodismo y de inmediato impulsa la lucha que lideraba Medardo Mora Solórzano, junto a otros jóvenes idealistas, para crear a la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí. Es decir, hace 25 años la academia corre por sus venas, como sabia que nutre al frondoso árbol del conocimiento. Y si Esparta se convirtió en Atenas por la luz del saber, esa misma luz que es la del mar y la del cielo, contagió a Leonardo para involucrarse en la lucha que lideraba el gran conductor del proceso de cambios, Medardo Mora, para que la Uleam nazca un 13 de noviembre de 1985.
Por sus méritos se involucra en la docencia. Sus maestros siempre se quedaban deslumbrados por el liderazgo que encendía en cada jornada de lucha. Así lo revela el maestro Joselías Sánchez Ramos, que es uno de los docentes más emblemáticos que tiene la universidad manabita, ecuatoriana y latinoamericana, cuando dice que: “Leonardo es un luchador. Un tenaz ambicioso por el conocimiento. Ha crecido a mi lado y me ha superado, lo reconozco. Desde las aulas cinquinas planteó caminos nuevos y, cuando no fue escuchado, tomó su propia mochila y recorrió los caminos de la Patria para conocerla, para comprenderla, para amarla más”. Entonces, que orgulloso debe de sentirse el maestro Joselías como filósofo, que sus enseñanzas se hayan convertido en fuente de transformación en la mente y la conciencia de su discípulo; que fundó las extensiones universitarias en Bahía de Caráquez y Chone, una vez que había establecido grandes logros en el decanato de la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Luego, revolucionó lo que hoy es el Departamento de Información Bibliográfica y Servicios Educativos, donde miles de estudiantes hacen uso de una auténtica investigación a través de sofisticados sistemas digitales y analógicos y siendo un periodista militante del cambio funda el programa Alfaro TV. Por lo tanto, a Leonardo Moreira Delgado, lo podríamos calificar con toda claridad como un auténtico transformador, es decir, aquel que va más allá de las formas y de los límites.
Ahora, salta la pregunta, ¿por qué Leonardo Moreira ha contribuido tanto a la academia en tan cortos 25 años? Y responderíamos porque es un visionario, un investigador, él sabe que el reto de la nueva universidad ecuatoriana es producir conocimientos. Por ello, crea la Editorial Mar Abierto, donde se han publicado docenas de libros y ensayos escritos por docentes y estudiantes, no sólo de la Uleam, sino de fraternos centros universitarios del Ecuador y del mundo. Además, es un docente coherente entre la teoría y la práctica, por eso, es un ejecutor a tiempo completo. Es tenaz, perseverante e incansable en las metas que se propone, así tenga que enfrentar miles de rémoras. Por su persistencia logra siempre romper los diques más infranqueables.
Está claro, que todos los seres humanos somos poseedores de virtudes y defectos, de luces y sombras. Sin embargo, el ideal más beneficioso para todo ser humano es, asomarnos a la luz, al amor, a la bondad, a la benignidad, a la templanza. Así lo registra el pasaje Bíblico, Mateo 7.16, “por sus frutos los conoceréis”. Por esos frutos en su carrera académica, es que Leonardo se ha hecho acreedor a la confianza de los diversos estamentos de la universidad. Donde profesores, estudiantes y trabajadores este viernes 19 de febrero nuevamente ratificarán su triunfo y será el nuevo vicerrector académico. Conclusión: Medardo, Leonardo y Rodolfo, serán los arquitectos de la Renovada Universidad del Siglo XXI. De una Universidad donde se consolide el pensamiento crítico y articule la investigación a las necesidades prioritarias de la humanidad. Una Universidad pluralista, democrática y de libre pensamiento. Una Universidad al servicio de la colectividad y que responda a las exigencias y a las demandas que impone la globalización.