El aporte cívico que desde el 25 de agosto de 1924, realiza El Mercurio, decano de la prensa manabita, motiva reconocer la trayectoria de tres preclaros manabitas: Gil Delgado Pinto, Ricardo Delgado Aray y Ricardo Delgado Abeiga.
Don Gil Delgado Pinto, convirtió al periódico en el medio de la ciudad, consideraba que en las páginas mercuriales no eran un negocio, sino el espacio de la construcción ciudadana del puerto, a riesgo que la gratuidad de tantos anuncios y novedades publicadas sin costo.
Coincido con lo dicho en la alocución de Don Eloy Loor Vera, cuando el Mercurio cumplió 33 años, se refirió en los siguientes términos:
“Señor Don Gil Delgado Pinto: delegado del Grupo Cultural Manta, llevo a usted, en la vibración de mi palabra, los sentimientos de simpatía, admiración y respeto, que como seres de pensamiento le debemos, por esa realidad que se llama diario El Mercurio, que bajo su dirección inteligente y con una tenacidad cotidiana, viene saliendo a la luz, desde hace 33 años, a la escala de las aspiraciones, de los intereses de la época y de la colectividad de este Puerto.
Si recordamos que en este medio, han nacido muchos órganos periodísticos de vida efímera, tenemos que concluir que la labor del diario que usted acertadamente dirige, tiene radicación vital y espiritualidad y, que su resonancia radica, sin duda, en la autenticidad que deviene accesible a la compresión y emoción de la ciudadanía de este pueblo, porque lleva en sí la semilla de sus necesidades, la modulación de sus temas y las respuestas a sus preguntas fundamentales, al aire y la Ley del Tiempo en que se forjan.
El Diario que usted dirige, demuestra entre otras cosas bastante inusuales, una perfecta sincronización con las corrientes del pensamiento y de las formas literarias contemporáneas; por esto en cada edición dominical le da una insólita novedad: una absoluta falta de dogmatismo, una fértil disposición para la mente de quien lo lea, trate de sentirlo, verlo y adivinarlo todo; para que trate de entender, de penetrar en las razones ajenas, aparentemente antagónicas, enriqueciendo así, con esas experiencias, las conciencias de sus lectores, pues defiende sin algazara, sin aspavientos, con palabras leales y exactas, la lealtad a la libertad y la dignidad del hombre.
La tónica del pensamiento de su diario es de una civilidad diáfana y profunda. Siempre se demuestra liberalmente justo, animado de un propósito universal de conocimiento, para desterrar esa atmósfera de rudos sectarismos, en homenaje a la autonomía de la conciencia y la libertad de la criatura humana.
¡Inteligencia crítica, conciencia estática y sensibilidad social, condicionan hoy de un modo imperativo, el trabajo de todo periodista nato! Solo de esta aleación de conciencia artística y social, puede surgir el sentido moral y el valor de perennidad de su labor periodística.
Señor Don Gil Delgado Pinto: Sírvase aceptar este sencillo, pero sincero homenaje, que le brinda el Grupo Cultural Manta, como una voz de aliento y estímulo, para que con el sentido de responsabilidad que lo distingue, siga adelante con renovada pasión moral, contribuyendo a modificar la realidad y a afirmar el proceso de liberación, en el plano de la sociedad y la cultura de Manta. Muchas gracias.”
Este testimonio, El Mercurio de hoy y siempre, bien merecido lo tiene Don Ricardo T. Delgado Aray, hombre de pensamiento libre, laico, emprendedor incansable. Su permanente desprendimiento e idealismo mantuvieron a El Mercurio, como vocero ciudadano en vez de cronista de élites.
Digno de su estirpe, el Ec. Ricardo Delgado, se consagra como "un señor director" desde el 15 de abril de 1981, y desde entonces cómo no admirarse de la permanente labor civil desplegada.
A los hechos me remito, entre sus acciones más recientes, está la promoción del voleibol playero, con la ‘XX Copa Diario El Mercurio, Segunda Parada Nacional’, categorías élite damas y varones; el decidido apoyó a la construcción del centro cultural de La Trinchera, que en su primera etapa de construcción tuvo un costo de 100 mil dólares, destacada la labor informativa en Jipijapa, a través de su oficina regional sur, lo que motivó una condecoración de la Cámara de Comercio de Jipijapa; consagración del concurso popular más tradicional de Manta: Años Viejos y Testamentos.
Todavía más, el compromiso social del Eco. Ricardo Delgado, se propaga en su condición de Ricardo Delgado Abeiga de presidente de la Cámara de la Pequeña Industria de Manta (CAPIM), función en que su voz se vuelve profética: “Está comprobado que ningún país, región, ciudad, está exento de sufrir un desastre natural o no natural”… “Deberíamos de hacer un estudio técnico integral de contingencia para Manta, Montecristi y Jaramijó. Hay que integrarnos porque no solo tienen que participar las organizaciones que tienen que ver por las seguridades, sino la comunidad en general”…“Hay que mirar con mejor visión el futuro, porque esto sería como un certificado de seguridad que le daría un valor agregado para la inversión a esta subregión de Manabí”.
El Ec. Ricardo Delgado Abeiga, se ha mostrado multifacético: lideró la propuesta de suspender el cobro de la tasa de alumbrado público en las planillas de consumo, ha organizado varios encuentros importantes con analistas de prestigio como el Pablo Lucio Paredes y coordinó la ayuda para los habitantes del Puerto Príncipe que fueron devastados por el terremoto.
En conclusión, El Mercurio, hoy y siempre ha contado con el liderazgo de gente comprometida con el desarrollo de Manta y Manabí. Su dignísimo ejemplo es urgente de imitar.