8 mar 2010

Correa, Manta y las FARC

El tiempo pasa, y el gobierno de Rafael Correa cumple tres años. En el balance de los hechos es posible encontrar las respuestas para entender por qué día a día aumenta el número de personas que tenemos más divergencias que aproximaciones con la autodenominada Revolución Ciudadana.

Esto, no significa de modo desconocer algunos aciertos del presidente Correa, entre ellos desarrollar un amplio programa de desarrollo social, promover la integración regional por medio de la UNASUR, liberarse de grupos académicos o políticos perjudiciales, (léase FLACSO, Democracia Popular con Fander Falconí y Carlos Vallejo como iconos) que menguan la esencia de su ideología, y rescatar la memoria del Ecuador por medio de Comisiones ad hoc.

Y entre todas ellas, la Comisión encargada de investigar y establecer los hechos relacionados con lo acontecido en Angostura el 1 de marzo del 2008 de Angostura, es la que aportó más verdad, pese que afectó a algunos personajes del propio correísmo.

La Comisión, fue integrada por los siguientes ciudadanos: Israel Batista Guerra, representante de los movimientos sociales; Luis Enrique Galarza Alarcón, representante de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana; Walter Gellibert Larreta, representante de los medios de Comunicación; Francisco Huerta Montalvo, representante del Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas; y, Carlos Moncayo Gallegos, General en servicio pasivo de la Fuerza Terrestre, quienes se autodenominaron “Comisión de Transparencia y Verdad Caso Angostura”. Ellos llegaron a las siguientes conclusiones:

Una Comisión de Verdad y Transparencia, sobre cualquier asunto de trascendencia nacional debe tener garantizada su autonomía e independencia; condiciones que se cumplieron en la Comisión de Angostura.

La inteligencia estratégica procesada desde la Base de Manta fue fundamental para el seguimiento y ubicación de Raúl Reyes como blanco prioritario para el Gobierno de Colombia.

La concepción de soberanía no se reduce solamente a la ocupación de áreas territoriales sino también al uso de plataformas tecnológicas para la producción de Inteligencia Estratégica con múltiples filmes, sin acceso y control del país sede.

El convenio de la Base de Manta firmado para el control del narcotráfico rebaso sus fines y propósitos.

El Sistema Nacional de Inteligencia no ha estado integrado y coordinado entre los diferentes servicios institucionales de las Fuerza Armadas y de la Policía Nacional, lo que evidencia la debilidad institucional de los mismos.

El financiamiento externo otorgado como cooperación determinó el sometimiento de los mismos a los intereses de terceros países.

La información reservada del Estado debe ser protegida, a fin de que no sea mal utilizada, lo que vulnera al sistema de seguridad y defensa nacional.

La cooperación inter agencial de los Estados en temas de seguridad, debe basarse en mutuos intereses, liberados de prejuicios ideológicos.

A nivel continental existe la pretensión de formar un movimiento para implementar acciones políticas y /o militares que lleve a la toma del poder en los diferentes países.

Las FARC, tuvieron la capacidad de desarrollar, en el Ecuador, su estrategia de relaciones internacionales, mediante la organización del II CONGRESO DE LA COORDINADORA CONTINENTAL BOLlVARIANA; para difundir su proyecto político.

Los eventos realizados con ocasión del CONGRESO DE LA COORDINADORA CONTINENTAL BOLlVARIANA, no tuvieron repercusión en la población nacional, porque la mayoría de los ecuatorianos rechazan la violencia como medio de acción política

Los actores políticos del país, Gustavo Larrea, Periodista María Augusta Calle, General René Vargas Pazzos, Crnel. Jorge Brito, José Ignacio Chauvin a pesar de sus altas funciones políticas y de sus respectivas profesiones, como por ejemplo: Investigador social, periodista de la Telesur, fundador del Movimiento Alfarista Bolivariano y miembro del Grupo de Monitoreo del Plan Colombia, conferencista nacional e internacional; fundador de las Brigadas Bolivarianas, en su comparecencia a la Comisión de Transparencia del caso Angostura, manifestaron no conocer absolutamente nada sobre el ideario ideológico y militar de la Coordinadora Continental Bolivariana.

La incursión militar colombiana sobre el campamento de Angostura, constituyó una flagrante violación a la soberanía nacional y a las normas de origen internacional.

La violación de la soberanía nacional de los países no puede ser justificada por ninguna doctrina jurídica.

Autoridades de la fuerza pública y de la fiscalía colombianos, ejercieron funciones sin jurisdicción ni competencia en territorio ecuatoriano, contaminando el escenario de los hechos.

Informes periciales realizados sobre algunos cadáveres determinan la violación de derechos humanos.

Los acuerdos binacionales sobre las medidas de confianza mutua, no cumplieron sus fines y objetivos.

La presencia de los GIAC mediante la instalación de campamentos y de laboratorios de procesamiento de droga configuran una permanente violación de la soberanía nacional y a la integridad del territorio.

No se cumplió con la cadena de custodia de las evidencias levantadas' 'en el Campamento de Angostura por parte de las fuerzas del orden.

La iniciativa estratégica de información la mantuvo Colombia, después de los sucesos de Angostura, con una campaña mediática a nivel mundial.

Las actividades del narcotráfico y sus infracciones conexas son, de tal magnitud que su combate debe involucrar a la comunidad nacional en su conjunto.

Pese a los operativos de control de narcotráfico, el sistema de justicia no ha podido determinar a los principales responsables.

Existe una falta de control en la importación y destino de precursores para el procesamiento de la droga. Por lo que el Ecuador ha dejado de ser un país solo de transito para empezar a ser un lugar de procesamiento.

Las FARC y el narcotráfico han logrado penetrar varias instancias de los organismos políticos, judiciales, culturales y sociales conforme se evidencia en el cuerpo del informe.

En el cumplimiento de los objetivos y fines de la Comisión se detectaron otros indicios relacionados con el narcotráfico y un sector de las FARC.

Después de conclusiones tan categorías de personalidades de probada solvencia moral, podemos afirmar que después de tres años no todo está perdido en nuestro país. Por último, desde esta columna solemnemente propongo que consideremos a los miembros de la “Comisión de Transparencia y Verdad del Caso Angostura” como Personaje del Año 2009, otro lapso de los tres de de una revolución que expone pocos cambios y logros profundos.