LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL MANABITISMO
1.- Amar a Manabí sobre todas las cosas.
Manabí es la Madre. Manabí es la utopía. Manabí es el destino. El presente y el futuro. El pasado y la identidad.
Todo está en Manabí. Todo cabe en su nombre.
Manabí debe ser nuestro Credo. Nuestra FE. Nuestra razón para vivir.
Como la Patria Chica. Como nuestros padres. Como nuestros hijos.
La totalidad es Manabí. El blasón más importante. El orgullo de haber nacido aquí, donde empieza y termina el Universo. Donde el Cosmos tiene su principio y su fin. La "tierra bella cual ninguna". Donde está nuestra cuna y nuestra mortaja
!Manabí es nuestra razón para vivir¡
2.- No invocar el nombre de Manabí en vano.
Quien no hable con sinceridad, no debe mencionar el nombre de Manabí. Ni el político falsario; ni el demagogo, ni el titiritero, tienen cabida en los espacios del Manabitismo. No usar la causa de Manabí para lograr apetitos personales. No usarlo como escudo para encubrir la traición a las aspiraciones populares.
La propuesta es servir a Manabí y no servirnos de Manabí. El que traiciona la causa manabita, traiciona a su Patria, a su hogar, a su familia.
3.- Enaltecer las fechas del manabitismo.
La causa por excelencia de civismo provincial, se llama Manabitismo. Enaltecer nuestras fechas históricas, para mantener vigente el amor al terruño, es uno de nuestros objetivos.
Tres deben ser las fechas de recordación especial, el 25 de Junio de 1824, fecha de creación de la provincia de Manabí, el 5 de Junio de 1895, inicio de la Revolución Liberal dirigida por el manabita, Eloy Alfaro Delgado; el 6 de Julio de 1998, fecha de la Asamblea Popular, realizada en el Municipio de Portoviejo, donde se decidió iniciar la lucha para convertir a Manabí en la primera REGIÓN AUTÓNOMA DEL ECUADOR.
4.- Honrar la provincia: no dividirla.
Manabí tiene identidad histórica y geográfica. Desde la época aborigen hasta el presente, somos la unidad regional de mayores singularidades identificatorias en el Ecuador.
Por eso, la unidad de los manabitas es requisito indispensable para estructurar cualquier proyecto histórico. Solamente la unidad provincial nos hará fuertes y respetables.
El centralismo y bicentralismo, junto a la corrupción, son los grandes gestores de nuestro retraso . Ellos pretenden dividirnos para seguir reinando. Por eso, cualquier problema de la gran familia manabita, tenemos que resolverlo con democrática y equitativamente entre nosotros.
Que nadie hable de división provincial, que sería como renunciar a nuestra historia. Se impone, por el contrario fortalecer la unidad provincial para enfrentar el desarrollo integral en la perspectiva del nuevo siglo.
5.- No matar el civismo.
La educación, la ciencia y la cultura constituyen pilares fundamentales en la construcción del Manabitismo. El civismo y la educación nos darán la fortaleza necesaria para enfrentar al presente y al futuro.
Nadie puede atentar contra el civismo provincial so pena de convertirse en delincuente moral.
Que desaparezca la "crónica roja" contra el civismo regional. Un pueblo sano, física y moralmente, ayudará a forjar el futuro.
6.- Luchar por la Región Autónoma.
Manabí es la pionera de esta propuesta en el país. Un auténtico cambio estructural en el manejo del territorio del Estado, constituyente la REGIÓN AUTÓNOMA. ni el centralismo, ni federalismo. La autonomía regional, para administrar con plena soberanía nuestros recursos físicos y humanos; la descentalización política económica y administrativa; la autogestión y la confianza en nuestras propias capacidades, harán de Manabí, un ejemplo a seguir para las otras provincias de la patria. Manabí está llamada a ser la que lidere esta iniciativa de cambio y desarrollo regional.
7.- No hurtar los dineros del pueblo.
El gran propósito del Manabitismo es también combatir la CORRUPCIÓN. De nada valdrá ningún cambio histórico, sino lo acompañamos del combate a la corrupción, en todas sus manifestaciones y especialmente en el área económica.
Los dineros públicos son sagrados. Quién los utiliza en su propio beneficio, comete delito de máxima gravedad.
Los administradores de los dineros públicos deben ser ejemplo de honradez, los que violaren esta norma, merecen las mayores sanciones. El Manabitismo es también poner de moda la honestidad y la decencia en el manejo de los dineros públicos.
8.- No levantar falsos testimonios, ni mentir, ni calumniar.
Desterrar la mentira, la calumnia, la insidia, la maledicencia, el destruirnos los unos a los otros, son normas del Manabitismo.
Se impone una nueva concepción entre las relaciones éticas de la comunidad provincial. Debemos cambiar la mentalidad para cambiar la vida cotidiana.
Nos enseñaron a destruirnos entre nosotros y por eso hemos llegado al borde del abismo. Es hora de renacer, con una nueva educación, que partiendo del hogar se proyecte a toda la sociedad.
El pluralismo, la tolerancia, la fraternidad, la fe en la humanidad, serán los nuevos paradigmas impulsados por el Manabitismo.
9-. No envidiar el progreso de otros cantones.
Los manabitas somos una sola y gran familia. El progreso de uno, será el progreso de todos. La competencia fraterna y solidaria será el motor del nuevo desarrollo. No habrá por tanto, enemistades, ni rivalidades cantonales. Ni manabitas del norte, ni del centro, ni del sur.
Una sola gran provincia, poderosa y unida. Solidaria y fraterna. Compartiremos el bienestar y la riqueza colectiva. El trabajo de todos servirá para todos.
Del mar a la montaña, del campo a la ciudad, un solo Manabí, con todos sus cantones luchando, trabajando y viviendo como hermanos. Así como demanda la historia, para convertirnos en el ejemplo del Ecuador. Porque tenemos todas las condiciones y recursos para alcanzar esas metas.
10.- No codiciar los bienes ajenos y derrotar la corrupción.
No habrá auténtico Manabitismo mientras subsista la corrupción. Ningún cambio será real, mientras exista el manejo deshonesto de los dineros del pueblo.
La REGIÓN AUTÓNOMA solamente será posible si erradicamos la corrupción política y administrativa. De lo contrario de nada valdrá luchar por mejorar la administración descentralizada con autonomía del territorio del Estado, si continuará la misma corrupción, que ha fomentado el centralismo.
El Manabitismo es por tanto, un cambio radical, esencial y definitivo de todos los vicios en la administración del Estado.
Un esfuerzo colectivo para construir una nueva sociedad, una nueva provincia, un país diferente.
Es la única y última posibilidad para ingresar vigorosos y optimista al nuevo milenio, al nuevo siglo. La era del Manabitismo ... por MANABÍ, REGIÓN AUTÓNOMA, para ejemplo del nuevo Ecuador.
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