1 jun 2008

Autonomías y Ordenamiento territorial

Que el centralismo se consolidó con el apoyo de las elites de la partidocracia guayaquileña, a cambio de cogobernar el país, es una verdad incuestionable e irrefutable.

Tratar de confundir al país, difundiendo la tesis que el problema nacional no es el bicentralismo sino el régimen seccional autónomo y el proceso de descentralización “a la carta” desde el gobierno nacional hacia los gobiernos seccionales, es ocultar a los centralistas, rechazar el proceso histórico de la descentralización e interpretar mal el mediano éxito de unas pocas prefecturas y municipios (Azuay, Loja; Jama, Santa Ana. Cotacachi, Ambato) en las competencias que con responsabilidad han asumido.

Desarmar un país para volverlo a armar en base a territorios y gobiernos intermedios y locales centralizados en sus competencias, es desconocer el valor de la población e idiosincrasia de los pueblos, que formando una Nación, somos diversos.

Una población es un conjunto de individuos que ocupan un mismo espacio y tiempo y que comparten cierta cohesión natural y ecológica como grupo. La población tiene ciertos requerimientos similares para la supervivencia y la reproducción, ocupando un espacio generalmente heterogéneo en cuanto a la disponibilidad de recursos.

Y se debe insistir en esto, pese a que el concepto de población tenga un carácter relativo, pues siendo ésta un conjunto de individuos de naturaleza heterogenia, predominan en ella los atributos homogéneos y comunes, que pueden variar en el tiempo y en el espacio, que ocurren como un complicado sistema de causas y efectos, sin lograr extinguir su naturaleza.
Así, los manabitas somos lo que somos, ¡manabitas! Los de Quito son quiteños y no manabitas y viceversa. Más claro aún: Guillem no es lo mismo que Zambrano, Macías que Rivas, Mendoza que Yungán, Fernández que Tenelema.

Por tanto, unir administrativamente a la fuerza en un eje horizontal a las poblaciones de Manabí, Santo Domingo, Cotopaxi, Napo y Orellana es un despropósito y un crimen de lesa patria.
Parece increíble que los mismos que tanto han pregonado la interculturalidad y la plurinacionalidad, ayer se acordaron de los indígenas y de los negros, pero ignoraron (ignoran) al montubio y la Nacionalidad Manabita; y, hoy ignoran que las provincias costeñas tenemos nuestras propias poblaciones e idiosincrasia. ¡Qué ignominia! Pero, eso no es todo.

Dicen que un criterio para rearmar el Ecuador es el territorio -al que suman “población” como elemento secundario- donde el Estado interviene abierta o disimuladamente en forma múltiple (política, económica, genética, ideológica, entre otras). Sin embargo, lo sustancial de territorio es ser una jurisdicción, que para ser valorada universalmente como tal, debe ser autónoma. En el caso de Manabí, ¡Provincia Autónoma!

El concepto más básico de territorio es área, pero ésta se ignora cuando debe ratificarse espacios supuestamente no delimitados, como la Manga del Cura, que por derecho, población e historia es manabita y corresponde a la Asamblea Constituyente, por su fuero de plenos poderes, ratificarlo.
Y debe hacerlo, cuando a pretexto de ordenar al territorio, se obligará a las provincias y nuevas regiones a crear mancomunidades para el desarrollo sustentable del agua y todos los recursos naturales. También, de la energía, las carreteras, de las reservas ecológicas, minas, canteras, etc. según el concepto rector del Estado, que continuará siendo centralista porque para los intelectuales serranos, ex autoridades de Cuenca y Loja, los planificadores gubernamentales, la burocracia dorada y los forajidos, Estado = Quito.

A quienes quieren desarmar el país, para recentralizarlo, es preciso identificarlos. Por tanto, despierta gran curiosidad qué harán para acabar con el Estado “central” centralista, los Asambleístas María Paula Romo, Tatiana Hidrovo, Norman Wray, José Cordero, Ma. José de Lucca, Paco Velasco, Ma. Alexandra Ocles, Ricardo Zambrano, Tania Hermida, Teresa Benavidez, Virgilio Hernández, Amanda Arboleda, Betty Toala y María Soledad Vela (a quién también, hay que consultar cuando socializó con los manabitas su propuesta del “derecho al placer”).

A Manabí le interesa ser Provincia Autónoma, libre de mancomunidades, lo demás vendrá por añadidura.

No hay comentarios: