De hecho, la Ciudad de los Reales Tamarindos comparte con Manta, principal puerto pesquero del país, el privilegio de conurbación que las proyecta como fuertes y decisivas en el destino político del país.
24 de Mayo, Santa Ana, Rocafuerte, Junín y Charapotó son áreas con historia, identidad, producción y proyección común con Portoviejo. Mientras, Jaramijó y Montecristi lo son de Manta.
Todas estas ciudades pueden proyectarse como red urbana de centros autónomos que asociados se beneficien unos con otros, fortaleciendo así, los principios híbridos de la Teoría del Autonomismo.
Obviamente, la base es el paisaje natural y el arraigo urbano de los vecinos, quienes voluntariamente ceden espacios locales para que se instalen delegaciones de las instituciones y de las empresas prestadoras de servicios. Algo similar a las ciudades satélites en las áreas metropolitanas, con la diferencia que la fusión en una agrupación superior no signifique ceder competencias, recursos ni protagonismos.
Es decir, la conurbación no debe ser pretexto, como lo es ahora la extensión física-territorial y la población para centralizar a todo nivel, sino por lo contrario debe significar una valorización de las cualidades o variables que deseamos incluir democráticamente.
Una vez que la primera fase haya logrado madurez, Portoviejo y Manta junto a las demás ciudades podrán avanzar juntas y la integración no será imposición, sino el reconocimiento a las potencialidades de una transformación que ya están impulsando las poblaciones con las dinámicas propias.
Entonces, si el proceso urbanístico es imparable y las poblaciones están desplazándose continuamente, a los futuros alcaldes y demás líderes sociales no les queda otro destino que propiciar el desarrollo, observando las reglas de la ecología humana.
Con ello, podrán ofrecer a los manabitas carreteras, urbanizaciones, espacios verdes por todos los sitios y reconstrucción de las ciudades con nuevos conceptos.
Sobretodo, se trata de la voluntad política que supere la excusa del porcentaje de población nacional para permitir a la gente ser autónoma en su forma de vida.
Portoviejo del futuro debe ser autónomo, tal como lo debe ser Manabí y el país. La gente no se instala en los grandes centros urbanos porque quiere hacerlo, sino porque no tiene otra alternativa.
Acaso, los políticos no han negado a la población el acceso a una vida superior por una supuesta falta de financiamiento, la baja densidad y gran extensión de las provincias y los cantones.
Ya es tiempo que los nuevos alcaldes y lideres sociales prioricen el ritmo social, los cantones y ciudades manabitas están cada día más cerca por la intencionalidad de la población.
Por tanto, la conurbación es un proceso y un resultado del crecimiento de varias de nuestras ciudades manabitas que de manera innegable, puede organizarse desde Portoviejo y Manta para 24 de Mayo, Santa Ana, Rocafuerte, Junín, Charapotó, Jaramijó y Montecristi las que mantendrán su autonomía funcional y dinámica, en armonía fundamental.
Porque la diferencia funcional y orgánica de cada una de ellas presenta una organización del espacio propio. Las distintas ciudades que componen la conurbación tienen actividades diferenciadas, una dinámica propia, sus recursos económicos y su capacidad para atraer inversiones, un centro, una periferia y espacios suburbanos propios, sus grupos sociales y su personalidad, un modo de ser y una cultura que les identifica.
Así las cosas, faltan las grandes decisiones en vialidad, transporte, comunicación, educación, salud, recreación, turismo, etc. Las que pueden ser tomadas por los propios manabitas empleando las diversas ciencias, incluyendo a las sociales obviamente. Ya que este modelo se parece al Ecosistema de la ecología humana y a los planteamientos sistémicos.
Con la conurbación el Portoviejo del futuro será otro, porque le permitirá interactuar más y mejor con otras ciudades, en base a nuevas categorías acorde con los cambios sociales que buscan nuevos rumbos, entre otros:
- Uso ecológico del suelo y del agua
- Transporte público que favorezca la movilidad humana. No peajes.
- Autonomía, cada sitio y barrio; parroquia y cantón, procurará contar con las condiciones que permitan su desarrollo autónomo.
- Solidaridad, los sectores con más renta serán solidarios con los deficitarios.
- Los servicios públicos y las dependencias administrativas deben tener presencia en todas las comunidades posibles.
Con todo lo anterior, el alcalde de Portoviejo del presente y del futuro deberá ser un autonomista, un demócrata, un promotor de la educación, la ciencia y la cultura, verdaderas armas de un pueblo digno y soberano.