11 nov 2009

LÉVI-STRAUSS


En los últimos días hemos concurrido a una confusión global. El pasado 30 de octubre, en París, falleció Claude Lévi-Strauss, creyendo que se trataba de Levi Strauss, el inmigrante bávaro que en 1853 fundó la famosa Levi Strauss & Co, una de las marcas de jeans y ropa casual más grandes del mundo.

Claude Lévi-Strauss es el padre de la antropología moderna. Logró concentrar los intereses y las pasiones de una época por sus investigaciones, que analizan los juicios, prejuicios y fantasmas de los pueblos.

Nació en Bruselas en el seno de una familia judía francesa, el 28 de noviembre de 1908, su infancia se desenvolvió en una Europa en guerra. Desde joven sintió el impulso por conocer lo justo y racional. Para él, la antropología será buscar racionalidad tras aquellos fenómenos más hostiles a ella, tras aquello que se califica como superstición o patología.

Claude Lévi-Strauss estudió filosofía, derecho, psicoanálisis, marxismo, geología, lingüística, música. Lévi-Strauss modernizó a las ciencias sociales con enfoque estructuralista basado en la lingüística estructural de Saussure. Su obra, dentro y fuera de la antropología, fue uno de los intelectuales más influyentes del siglo XX.

En 1935 viaja a Brasil. En São Paulo ocupa la Cátedra de Sociología, pero es en la Amazonía, o en el Matto Grosso, donde Lévi-Strauss vuelca su interés y encuentra su vocación por escudriñar el movimiento y el desplazamiento vital del hombre.

En 1939 vuelve a Francia y sufre las leyes antisemitas de Vich. En 1941 viaja a Nueva York, que lo perfila como pensador y teórico. Si en Brasil surgió el antropólogo, en EEUU emergió el estructuralista.

Tras un breve paso por la embajada francesa en Washington como agregado cultural (1946–1947), regresó a París para doctorarse en la Sorbona tras presentar tesina y tesis doctoral (1948): La vida familiar y social de los indios Nambikwara y Las estructuras elementales de parentesco.

En 1955, escribe Tristes trópicos, que lo consagra como investigador y escritor. Este libro era esencialmente un viaje novelado, sobre sus expediciones etnográficas en Brasil entre 1935 y 1939.

En 1959, era ya una gran figura de la investigación y docencia. Su bibliografía incluye las obras memorables y polémicas: Antropología estructural (1958), El pensamiento salvaje (1963) o Mitológicas, publicadas entre 1964 y 1971, una de las obras más decisivas y originales de la antropología del siglo XX, con su acercamiento singular a la mitología americana.

Ya había hecho suficientes méritos para ser acusado de “promotor de antihumanismo” por fenomenólogos, existencialistas, marxistas y toda clase de humanistas.

Para Lévi-Strauss el hombre no concentra las excelencias de la naturaleza o de la vida, las excelencias de la creación. Y no sólo el «hombre natural». Tampoco las creaciones máximas de la cultura pueden reclamar más atención, más sincera y ferviente devoción que un pájaro o una mariposa.

Colocó al hombre bajo las normas y las leyes, el sistema, es decir, el orden, ya que nada, siquiera el universo es un caos.

Lévi-Strauss superó la división entre los pueblos “primitivos” y los “civilizados”.
Su pensamiento sigue siendo imprescindible y contó con más seguidores que detractores.

Fue miembro extranjero de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América, de la Academia e Instituto Norteamericanos de Artes y Letras, de la Academia Británica, de la Academia Real de los Países Bajos, y de la Academia Noruega de las Letras y las Ciencias.

Era doctor honoris causa de las universidades de Bruselas, Oxford, Chicago, Stirling, Upsal, Montreal, de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la Universidad Nacional del Congo, de la Universidad de Visva Bhrati (India) y de las universidades de Yale, Harvard, Johns Hopkins y Columbia.

Quienes estamos vinculados a la Academia manabita, expresamos también nuestra admiración por todo lo que hizo el gran maestro Lévi-Strauss. Paz en la tumba de este hombre universal.